domingo, 6 de diciembre de 2015

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS
Hace tiempo que tenía ganas de ver en acción a #LAJOVENCOMPAÑÍA pero hasta ahora no lo había conseguido, en esta ocasión también ha llegado un poco por los pelos, la última representación de El señor de las moscas, de William Golding. 
La compañía que nace en 2012 creada por David R. Peralto y José Luis Arellano, esta formada por jóvenes de entre 18 y 26. Actualmente La Joven Compañía tiene su residencia en el Teatro Conde Duque de Madrid aunque también realiza giras por distintas ciudades y festivales a lo largo y ancho de nuestro país. Su objetivo es contribuir a la creación de futuros profesionales, artísticos y técnicos, fomentando la investigación dramática y buscando la incorporación de los públicos jóvenes al teatro a través de un proyecto pedagógico, en el que colaboran también otros profesionales del circuito teatral. 
La acción de El señor de las moscas se desarrolla en una isla aparentemente deshabitada donde se estrella un avión lleno de niños a los que se pretendía poner a salvo de los bombardeos que se están produciendo en su país inmerso en la Guerra Mundial. Solos en esta isla tienen que tomar su propio camino y decidir como organizarse. Unos intentan reproducir una organización similar a la que han conocido, reproduciendo los patrones de una sociedad con unas reglas en las que todos participen de un modo mas o menos ordenada, frente a otros que deciden dejarse llevar por la violencia sin atender a convencionalismos éticos. Todo se tambalea cuando aparece en su joven y frágil sociedad una "bestia" que pone a los niños contra las cuerdas y hace que aflore lo mas profundo de su naturaleza, y lo que empieza como una aventura acaba como una lucha con dramáticas consecuencias. 
La escenografía muy sencilla formada por una serie de andamios, lianas y plataformas sobre la arena por donde se mueven, luchan, corren y saltan estos jóvenes vestidos con uniformes de colegios ingleses y donde no faltan mascarillas de gas y palos es perfecta para conseguir crear un ambiente claustrofóbico, gracias también a una impecable iluminación y un sugerente espacio sonoro (poblado por inquietantes sonidos que contribuyen a aumentar la atmósfera angustiosa). Lo que empieza siendo una gran oportunidad de empezar de cero, donde no parece haber limites acaba siendo una especie de jaula donde afloran los instintos mas básicos y donde jóvenes como Piggy, Ralph y Jack pierden definitivamente la inocencia después de tanta adversidad. Ningún chico será el mismo cuando abandone la isla. 
El elenco forma un grupo compacto donde todos están a gran nivel y donde impacta junto a la interpretación, el ímpetu y la energía con la que se mueven por escena y con la que consiguen que el publico entre en el juego y se asome al abismo donde habita la bestia. 
Muy interesante el trabajo que esta realizando La Joven Compañía y muy satisfactorio escuchar a jóvenes del patio de butacas emocionados con lo que acababan de ver y deseando leer el libro. Enhorabuena y espero que el proyecto siga vivo mucho tiempo.