viernes, 18 de diciembre de 2015

PÁNCREAS
En la sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán se puede disfrutar de Páncreas de Patxo Telleria (se estreno en vasco y ahora llega en su versión es castellano) que dirige Juan Carlos Rubio y que protagonizan Fernando Cayo, Alfonso Lara y Santiago Ramos. 
Se trata de un texto ágil y certero sobre la condición humana, que por supuesto, esta plagado de humor negro. 
En escena encontramos a tres amigos, uno tiene previsto suicidarse antes de llegar a sufrir los estragos y el deterioro de la vejez, otro necesita urgentemente un trasplante de páncreas para salvar su vida, y el tercero decide juntarle a los dos para que el primero adelante un poco sus planes para poder donarle su páncreas al segundo. A partir de aquí se precipitaran los acontecimientos, que los tres amigos nos narran en verso, siempre teniendo presente que 
todo lo que puede amigos, de algún modo suceder, 
acaba tarde o temprano, sin remedio, sucediendo, 
sea noble, criminal, hermoso, oscuro u horrendo. 
Eso y mucho más pasó en aquel anochecer... 
Con una fantástica puesta en escena que incluye la escenografía de José Luis Raymond que recrea un salón con las paredes agrietadas y polvorientas, la música original (con un par de canciones en directo que resultan estupendas) y el espacio sonoro de Miguel Linares a ratos juguetón a ratos inquietante, y por supuesto la iluminación de José Manuel Guerra que acaba de completar este ambiente un poco misterioso en el que se desarrolla esta noche aciaga. Muy elegante el vestuario de María Luisa Raymond que viste a los tres protagonistas con trajes iguales (solo cambia el color de la corbata) con bombín y todo, e indispensable el trabajo de Federico Barrios que se encarga del movimiento corporal. Como colofón de esta cuidada puesta en escena tenemos la maravillosa interpretación de estos tres grandes actores que dan vida a estos tres amigos que se conocen haciendo terapia: Fernando Cayo (César) que acude a la terapia por un problema de control de ira, Alfonso Lara (Javilo) que va para superar la sensación de abandono que sufre, y Santiago Ramos (Raúl) que acude por su tendencia suicida, aunque esto es solo la punta del iceberg de sus verdaderos problemas. 
Los tres tienen personalidades muy distintas que se complementan perfectamente, los tres están magníficos, todo un lujo disfrutarlos en escena. 
Una tragicomedia original, con su puntito de comedia negra, en la que se habla de suicidio, de soledad, de muerte, de vida... pero todo de una forma tan disparatada y mágica que uno no puede dejar de sonreír. 
Ideal para pasar una maravillosa tarde de teatro.