sábado, 19 de diciembre de 2015

RAPSODIA PARA UN HOMBRE ALTO

Escritos en la Escena plantea un modelo de escritura dramática a pie de escenario: partiendo de un primer borrador, el autor desarrolla y finaliza el texto en el ámbito escénico, trabajando estrechamente con un grupo de intérpretes. El objetivo es llegar a elaborar textos dramáticos viables y aptos para ser exhibidos, pudiendo llegar a prorrogar su vida en otros escenarios. Siguiendo con el proyecto de Escritos en la Escena que ya inicio hace unos años el Centro Dramático Nacional llega ahora Rapsodia para un hombre alto un texto de Félix Estaire que también se encarga de la dirección. Es la final del mundial de baloncesto. El marcador está ajustadísimo. Una falta personal y tres tirios libres por delante. El tiempo se ha muerto. ¿Qué ocurre en la mente del jugador que tiene en sus manos la gloria o el fracaso de su equipo? El resultado real del partido en escena (es decir, según se encesten o no los tiros libres) determinará el final entre las distintas posibilidades de continuidad y desenlace que ofrece la pieza. El ambiente tenso de cualquier final alcanza tintes dramáticos en este caso porque se trata del enfrentamiento de dos países recién escindidos. La pieza también incluye un drama familiar, ya que el jugador que tiene en sus manos el lanzamiento de los tres tiros libres es el hermano del jugador que le ha hecho la falta. A través de la relación entre el padre y unos de los hijos nos vamos adentrando en la historia de un desencuentro que acaba en trágica ruptura. 
El espectáculo es una gran metáfora de las incertidumbre que siembran el camino que recorremos a medida que vamos tomando decisiones y donde es inevitable pensar que hubiera pasado de tomar otra opción. La ubicación a ambos lados del escenario resulta en este caso muy apropiada, el movimiento escénico esta perfectamente coreografiado, la iluminación intimista y el acertado espacio sonoro ayudan a ubicarse en los continuos saltos en el tiempo que nos ayudan a entender como se ha llegado a ese momento y como es la relación de ese jugador con su familia. Toda la narración va salpicada de hechos producidos en el mundo del baloncesto en el contexto de la separación de la repúblicas de la antigua Yugoslavia. 
Los protagonistas son Ignacio Jiménez que es el jugador y el siempre maravilloso José Ramón Iglesias que da vida a varios personajes (padre/entrenador/árbitro), los dos están muy estupendos. 
Una propuesta original con una interesante reflexión.